Resulta complicado seleccionar unos pocos momentos emblemáticos de la Copa Mundial de Críquet, ya que cada una de las 11 ediciones pasadas ha deparado historias que todavía hoy en día siguen impresionando, sorprendiendo o incluso horrorizando a los aficionados a este deporte y a aquellos que realizan apuestas deportivas a este evento tan importante que se celebra cada cuatro años.
- Australia – Zimbabue, 1983
Allá por 1983, el críquet apenas deparaba sorpresas. Los países con una menor tradición solían sucumbir sin apenas generar problemas a los grandes favoritos. Punto y final. Al menos esa era la pauta hasta que Zimbabue se enfrentó a Australia en Nottingham durante la Copa Mundial de 1983. Duncan Fletcher desafió esa consolidada creencia, a pesar de que las cosas no pintaban bien con un 94/5 en el marcador de Zimbabue.
Fue entonces cuando el bateador zurdo tomó las riendas ofensivas para anotar 69 de 84 bolas, lo que por aquel entonces se consideraba una velocidad de bateo descomunal. Al final, Zimbabue acabaría con un 239/6 en sus 60 overs asignados. Pero Fletcher todavía no había dicho la última palabra y aún le quedaba cera por repartir, ahora con la bola en vez de con el bate. Hasta en cuatro ocasiones le dio al wicket para lastrar el intento de recortar distancias por parte de Australia, que acabó perdiendo por 13 carreras con un 226/7 en 60 overs.
El increíble esfuerzo de Duncan Fletcher tanto con el bate como con la pelota marcó un antes y un después, ya que inició el largo historial de sorpresas que se han vivido en la Copa Mundial. Para cuando se dispute la Copa Mundial T20 de 2020, ningún equipo debería confiarse cuando le toque enfrentarse a Zimbabue, a pesar de que cuenta con una cuota de 501.00 a ganador del torneo en las apuestas deportivas, ya que no se puede descartar que repita su hazaña de 1983.
- India – Australia, 1987
El partido que disputaron India y Australia en Madrás durante la Copa Mundial de 1987 tuvo de todo. Sin embargo, conviene resaltar que, si este partido está considerado como uno de los mejores de la historia, se debe a una decisión arbitral imposible de concebir actualmente. Australia había alcanzado una puntuación de 268 en sus 50 overs, pero la polémica llegó cuando el bateador australiano Dean Jones golpeó una bola lanzada por Mahinder Singh que pasó por encima de Ravi Shastri y que el australiano consideró que debía contabilizar como seis carreras.
En cambio, Shastri no pensó lo mismo y le dijo al árbitro Dickie Bird que debía anotarse con tan solo cuatro carreras. Dean Jones protestó indignado e incluso se fue a hablar con el árbitro principal Hanif Mohammad cuando ya estaba eliminado. Mohammad se lo comentó a Dickie Bird durante el descanso, lo que provocó que el árbitro fuese al vestuario del equipo indio para preguntarle de nuevo a Shastri si efectivamente era un cuatro o un seis. Fue entonces cuando Shastri cambió de opinión y dijo que realmente había sido un seis.
De esta forma, el marcador de Australia pasó a 270, lo que acabó siendo decisivo porque India se quedó después en 269 y perdió por una sola carrera. Todavía no esta claro a día de hoy si Ravi Shastri sigue pensando que optar por la honestidad fue la mejor decisión. Puede que este no sea el episodio más polémico en la historia del críquet, pero sin duda podría ser el más extraño.
- Sri Lanka – Australia, 1996
Llegar a la final de la Copa Mundial de 1996 fue la guinda del pastel para Sri Lanka, el premio por el innovador trabajo que realizó en su camino hacia dicha final. Sin embargo, parecía que era demasiado pedir una victoria sobre una Australia que contaba en su equipo con los hermanos Waugh, Shane Warne y Glenn McGrath, por nombrar solo a algunas de sus estrellas.
Arjuna Ranatunga pidió que Australia bateara primero y, a pesar de un gran arranque, los de la Baggy Green acabaron firmando un escueto 241/7 en sus 50 overs. Los lanzadores de Sri Lanka sacaron a relucir su magia dando efecto a sus lanzamientos para poner la final a su favor, ya que mantuvieron a Australia en 150/5 después de ir 137/1. La pareja de abridores de Sri Lanka se vino abajo antes de que el marcador llegara a 20, pero aquello no les impidió alcanzar la puntuación de Australia en 45 overs para alzar su primer trofeo de la Copa Mundial -en gran medida gracias a los 107 ‘not out’ de Aravinda Da Silva.
Los tiempos han cambiado y Sri Lanka ya no es lo que era -como demuestra la cuota de 101.00 que aparece en las casas de apuestas- pero sin duda revolucionó las apuestas de críquet internacionalmente.
- Inglaterra – Irlanda, 2011
Para Irlanda, el partido de la fase de grupos contra Inglaterra en Bengaluru era su final particular. Para desgracia de los irlandeses, Inglaterra eligió batear primero y procedió a aplastar a sus vecinos, hasta alcanzar la increíble puntuación de 327/8. El duelo parecía haber llegado a su fin antes de empezar. Las cosas no mejoraron para Irlanda cuando le tocó batear, ya que un mal arranque le dejó con 111/5 a falta de dar su último golpe antes de besar la lona.
El corpulento Kevin O’Brien se dirigió al wicket sin que absolutamente nadie en todo el mundo pensara que tenía opciones. Lo que sucedió después fue sin duda la mayor sorpresa jamás vista en la Copa Mundial. El jugador de 27 años lanzó el ataque de Inglaterra al cielo de Bangalore con media docena de seises y 13 cuatros para firmar la centena más rápida de la historia de la Copa Mundial, lo que permitió a Irlanda sobreponerse a Inglaterra -y a todos los pronósticos de apuestas deportivas- para alcanzar el objetivo de 328 en su over número 50.
- Australia – Sudáfrica, 1999
Este partido de semifinales jugó con las emociones de ambas aficiones por igual, sin que ninguno de los dos equipos terminara de salirse con la suya. Por momentos, lo habrías apostado todo a la victoria de Australia, pero una hora después parecía imposible pensar en una derrota de Sudáfrica. Al final acabó convirtiéndose en el partido más emocionante disputado en una Copa Mundial y hay quienes lo consideran el mejor partido internacional de la historia. A la caza de la modesta cifra de 213 establecida por Australia, los ‘Proteas’ empezaron bien y llegaron a 48 sin ninguna pérdida, hasta que Steve Waugh le lanzó la pelota a Shane Warne.
En un abrir y cerrar de ojos, el marcador cambió a 53/3 y las casas de apuestas empezaron a modificar sus cuotas. Este juego del gato y el ratón continuó durante todo el turno de Sudáfrica. Al final llegó la hora del último over, en el que los ‘Proteas’ necesitaban firmar nueve carreras entre sus seis bolas. Lance Klusener bateó las dos primeras bolas y las envió fuera del campo para anotar cuatro carreras con cada una.
El marcador quedó igualado y Sudáfrica tan solo necesitaba una carrera más entre sus siguientes cuatro bolas. Damien Fleming consiguió anular la siguiente bola, pero Klusener sí golpeó la cuarta bola para poder completar la carrera de la victoria. Sin embargo, Allan Donald, su compañero situado en el otro extremo, estaba atento a la pelota y, debido al ruido ensordecedor que procedía de la grada, no pudo oír a Klusener gritar “¡corre!”. Con ese desliz, uno de los más grandes que se recuerdan en este deporte, la pareja de bateadores de Sudáfrica acabó en el mismo lado del campo mientras Gilchrist derribaba los travesaños del wicket para dejar a Sudáfrica eliminada.
No hay ningún partido de la Copa Mundial que pueda superar este duelo de semifinales, básicamente porque fue capaz de generar todas las emociones posibles en ambos equipos. De hecho, la mayoría de los que vieron el partido ese día todavía no se explican todo lo que pasó durante aquella nublada jornada en Birmingham.